Crianza respetuosa o dictadura del bebé: ¿quién manda en casa?

En los últimos años, la crianza respetuosa se convirtió en una bandera difícil de cuestionar. Y tiene sentido: venimos de modelos autoritarios, donde se obedecía por miedo y el afecto estaba condicionado al buen comportamiento. Hacía falta revisar ese paradigma. Pero en ese péndulo histórico, parece que a veces nos pasamos de largo. El riesgo hoy no es el grito, sino la abdicación. Niños que reinan sin oposición, padres que piden permiso para poner un límite, adultos que temen frustrar a sus hijos “para no traumatizarlos”. Lo que antes era exceso de rigor, hoy se parece a un exceso de permisividad. La frase “His Majestic the Baby” no la inventó un provocador de redes sociales: es de Sigmund Freud, que en su texto “Introducción al narcisismo” (1914) describía así la fantasía omnipotente del infante. El bebé se experimenta como el centro del universo, y en parte está bien que así sea: en los primeros meses, necesita ser absolutamente prioritario. Pero el problema empieza cuando ese model...