Leer a los que no piensan como vos: Gramsci y Jordan Peterson como ejercicio de apertura mental

 



Leer a los que no piensan como vos: Gramsci y Jordan Peterson como ejercicio de apertura mental

En tiempos de polarización, leer a quien piensa distinto no solo es un acto de apertura, sino también de resistencia. Resistencia al dogmatismo, a la simplificación de lo complejo, y a la pereza intelectual que consiste en repetir sin cuestionar. Leer a autores que están en las antípodas de nuestras ideas puede resultar incómodo, pero es justamente ese malestar el que indica que algo se está moviendo.

Pongamos un ejemplo concreto: Antonio Gramsci y Jordan Peterson.

Dos figuras que, al menos en la superficie, no podrían estar más lejos una de la otra. Gramsci, marxista italiano, detenido por el fascismo, teórico de la hegemonía cultural y convencido de que el poder se disputa en el terreno de las ideas, no solo en el económico. Jordan Peterson, psicólogo canadiense, crítico feroz del marxismo (en especial del llamado “marxismo cultural”), defensor del orden simbólico occidental y del rol de la responsabilidad individual como fundamento ético.

¿Para qué leer a ambos?

 Porque si solo nos formamos con los que piensan como nosotros, nos volvemos predecibles. O peor: ciegos.

Gramsci nos obliga a pensar en cómo el sentido común es una construcción política, cómo incluso nuestras creencias más “naturales” están impregnadas de relaciones de poder. Su noción de hegemonía, tal como la trabaja Luis Rigal en Gramsci: hegemonía y poder (2013), permite entender que las ideas dominantes no se imponen solamente por la fuerza, sino también por el consenso, la cultura y la educación.

Peterson, en cambio, plantea que sin jerarquías y orden simbólico caemos en el caos. En Nosotros somos los que luchamos con Dios (2023), su reflexión gira en torno a la dimensión espiritual del conflicto humano, al modo en que enfrentamos el sufrimiento y la tragedia desde una ética personal. Puede incomodar, pero también interpela: ¿qué lugar tiene la responsabilidad personal en un mundo que a menudo culpabiliza al sistema por todo?

La lectura cruzada de estos autores no busca conciliarlos, sino ejercitar el pensamiento crítico. No se trata de encontrar un punto medio tibio, sino de aprender a convivir con la tensión. La incomodidad es fértil. Nos obliga a revisar certezas, a complejizar diagnósticos, a discutir mejor.

Gramsci nos alerta sobre cómo se construye lo que creemos natural. Peterson nos sacude con la pregunta de qué hacemos con lo que sí está en nuestras manos.

Ambos, cada uno a su modo, invitan a pensar. Pero más importante aún: invitan a no repetir.


Referencias bibliográficas:

Rigal, L. (2013). Gramsci: hegemonía y poder. Ediciones del Signo.

Peterson, J. (2023). Nosotros somos los que luchamos con Dios. Planeta.


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